Lea la transcripción del video devocional de hoy.
Al pensar en este tremendo versículo, nos muestra que tenemos cosas en la vida que podemos hacer y cosas que no necesitamos hacer. En otras palabras, cosas valiosas y cosas que no lo son tanto. Este versículo de Pablo es un gran estímulo, un gran recordatorio para ti y para mí: reflexionar sobre lo que es verdaderamente valioso y lo que realmente perdura.
Trabajemos con entusiasmo para el Señor
Él dice, ante todo, trabajen con entusiasmo. Trabajen con entusiasmo para el Señor. Al pensar en su vida, ya sea sirviendo a Dios en la iglesia o a su familia, o esforzándose por hacer su trabajo muy bien, ¿cuánto entusiasmo tienen? ¿Lo tengo yo cuando trabajamos?
Siendo sincero, muchas veces, ya sea en mi vida familiar, personal o laboral, simplemente me dejo llevar por la monotonía del trabajo. Pablo dice aquí que hay que trabajar con entusiasmo.
Nada de lo que hagas por el Señor es inútil
Luego dice: «Trabaja siempre con entusiasmo por el Señor, pues sabes que nada de lo que hagas por él será inútil». Otra versión dice: «Nunca es en vano». Esta es una afirmación absolutamente alentadora.
Quiero que reflexionen sobre esto al leer este versículo. Todo lo que hacen por el Señor, nada es en vano. Todo lo que hacen por Dios vale la pena. Quiero que piensen en las veces que se han sentido cansados. Hace poco hablaba con un familiar que sirve en el ministerio de secundaria y sentía que los niños no le escuchaban tanto cuando enseñaba. Simplemente me dijo que se preguntaba si realmente valía la pena.
¿Realmente vale la pena?
Quiero que pienses ahora mismo en todas las veces que has servido al Señor. Quiero que pienses en todas las veces que has servido al Señor y te has preguntado: ¿De verdad vale la pena? ¿De verdad importa al final?
Sí. Pablo dice aquí mismo en este versículo que todo lo que haces por el Señor no es inútil. Todo es absolutamente valioso. Piensa en el balance de tu vida, tu trabajo, tu ocupación y tu ministerio. Quizás trabajas en la iglesia. Piensa en tus relaciones o en compartir tu fe.
Al pensar en este versículo, cada cosa que haces por Dios vale la pena. Por eso, si somos fieles, un día escucharemos: «Bien hecho, siervo bueno y fiel». Ojalá podamos escuchar eso porque recordamos que todo lo que hacemos por Dios vale la pena.